Esta serie de televisión (muy recomendable) muestra un futuro distópico, donde una élite fanática decide qué familias son buenas para cuidar a los niños y donde los hijos son arrebatados a sus padres sin miramientos y entregados a otras familias.
Aparentemente es todo una fantasía, pero a mí me recuerda mucho la manera de actuar de la DGAIA (la administración responsable de infancia en Catalunya, aunque ocurre lo mismo en toda España) en la actualidad: personajes grises, fanáticos. Menores que se sienten abandonados por sus padres y no entienden nada. Sospechas hacia las familias en todo momento. Retirada cruel de menores de sus madres, incluso en el momento del parto. Ningún derecho, ninguna garantía judicial. Ningún control. Una élite que tiene todos los resortes del poder, poseedora de la verdad y que castiga cruelmente a quien la cuestiona…
Pone los pelos de punta ver la serie y pensar que no estamos tan lejos de ese mundo.