El divorcio no se trata ni de un fracaso ni de borrar nuestro pasado con el otro.
No es ni mejor, ni peor, es diferente, es otro camino.
Una separación o un divorcio no es fácil para nadie. Ni para los mayores, ni para los pequeños. Aunque es una situación ya habitual, porque todos tenemos a nuestro alrededor parejas que se han divorciado. Y así, unas parece que lo llevan mejor y otras no tanto.
Pero algo que si tenemos en común todas las personas que trabajamos de una forma u otra relacionados con el divorcio, es sobre nuestra preocupación sobre el alto riesgo que corren los menores. Riesgos que corren trás determinadas creencias y comportamientos de sus padres y madres, tras su separación o divorcio. Situaciones que alteran su salud psicológica, física o incluso social.
En nuestras consultas, vemos de forma muy habitual, como a veces a los adultos nos está siendo difícil aceptar la ruptura y todo lo que esto supone, llegando a poner a nuestros hijos en situaciones de riesgo, incluso sin quererlo.
Pero ¿cómo podemos hacer las cosas mejor? pues la mejor recomendación es, “pararse a pensar”. Si, igual que cuando empezamos nuestra relación de novios, pensábamos en cómo viviríamos, donde, que cosas haríamos… se trata de pensar cómo queremos que sea nuestra relación con nuestro/a ex. Porque trás la ruptura, comienza una forma de relación desconocida. Además, no solemos tener cerca muchas referencias de relaciones positivas similares a la nuestra y que nos gustaría tener.
Es importante también tener claro que es una ruptura, pero no se trata ni de un fracaso ni de borrar nuestro pasado con el otro. No es ni mejor, ni peor, es diferente, es otro camino.
¿y por que nos pasa esto? pues porque la única relación que consideramos y reconocemos como adecuada, es “la primera pareja, que se mantiene unida, contra viento y marea entre un hombre y una mujer”. Toda situación diferente, lo vivimos como un fracaso o un error. Aun siendo ya habituales, otras formas de relación familiar. Así, que solo recomendamos ser los capitanes de nuestras vidas y de las de nuestros hijos… y eso sólo lo conseguimos tomando las riendas de nuestros pensamientos.
Si estás viviendo un divorcio complicado y te gustaría saber más sobre este tema, no dudes en consultarnos.