«Una separación grave en los primeros años de vida deja una cicatriz emocional en el cerebro porque compromete la relación humana más importante: el vínculo (padre-hijo), que nos enseña que somos dignos de amor. El vínculo que nos enseña a amar. Si carecemos del apoyo de este primer apego no podremos ser una persona completa, y hasta podemos tener dificultades para ser humanos.»
Extraído del libro Todo sobre el amor, de Bell Hooks, citando a Judith Viorst